Departamento de asuntos mágicos
Argumento
Se ha desatado una guerra en Europa del este y a Occidente comienzan a llegar miles de refugiados. Entre ellos se encuentran Radu y Lera, dos niños de Moldavia que han perdido a su familia. Radu, tiene poderes mágicos que usa para protegerse. Los magos conviven con naturalidad con los no magos.
En Inglaterra aparecen los cadáveres de tres chicos magos muertos, a los que se ha arrancado el corazón. Todos proceden de países del este de Europa y fueron adoptados por familias inglesas. El departamento de asuntos mágicos comienza a investigar, encabezado por el agente Cusak y su ayudante Lindbergh. Sospechan que detrás de los crímenes se encuentra un gran mago, tan poderoso como peligroso.
Valoración personal
Novela policíaca y fantástica escrita por Daniel Hernández Chambers, uno de los mejores escritores españoles de literatura juvenil. Chambers, filólogo inglés, ambienta de una manera excepcional sus novelas, en especial las situadas en ámbito anglosajón. Aquí mezcla también de manera magistral la fantasía y la magia con el mundo del crimen y las investigaciones criminales.
El libro sigue el esquema de investigación de novela policíaca y mantiene la intriga desde las primeras páginas. No describe los crímenes demasiado, lo que se agradece para un público juvenil. Y el departamento de asuntos mágicos recuerda, en cierto modo, al ministerio de magia de la saga de Harry Potter.
Desde el principio destaca la historia de amistad y amor entre los dos niños refugiados Radu y Lera, sencilla, pero profunda, y que se fortalecerá al elegir entre la lealtad y la traición.
Es una novela recomendable para jóvenes a partir de 14 años y a los que les gusté la novela fantástica y policiaca.
Autor: Daniel Hernández Chambers
Titulo: Departamento de asuntos mágicos
Editorial: Anaya, 2020
Paginas: 324
ISBN 978.84.698.6585.9
Valoración: Muy bueno
Edad: A partir de 14
“Wilbur Cusak se llevó la mano a un bolsillo de su abrigo y sacó unos guantes de látex que se colocó con parsimonia. A continuación, extrajo un pequeño frasco de cristal con un líquido azulado en su interior. Rodeó la cama para colocarse cerca de la cabeza de la víctima, se inclinó sobre el cadáver procurando no tocar la colcha y las sabanas y, con sus dedos pulgar e índice, separó los párpados del ojo izquierdo del muchacho.
—¿Le he dicho que no…?
Pero Cusak ya lo había hecho y ahora vertía con cuidado unas gotas del líquido azul en el interior del ojo.
Calum Lindbergh dio un paso atrás, sobrecogido, al ver lo que sucedía a continuación”.
Pag. 16
Las recomendaciones de los libros son personales y no están influidas por la editorial ni por el autor.